Mariah Irene Roche, Donante

Mi hija Mariah dejó esta tierra a través de un acto de violencia a los 20 años. Era hermosa, apasionada, carismática, el alma de la fiesta. No tenía odio en su corazón hacia nada ni nadie, y siempre hablaba de ayudar a los demás. Siempre hablaba de sus hermanos y de lo orgullosa que la hacían. Un día estábamos platicando sobre el maquillaje y cómo iba nuestro día cuando tocamos un tema bastante pesado sobre lo que sucede cuando nuestras almas abandonan nuestros cuerpos. Comentó sobre su abuela que fue donante de órganos cuando dejó este mundo. Ella quería hacer lo mismo, dando a los demás una segunda, o mejor, oportunidad. Aunque estaba llena de amor, también era tenaz y sabía exactamente lo que quería y cómo quería las cosas. Mariah siempre estuvo segura de sí misma y sabía cuál era su posición en cada lugar al que entraba. Sé que cualquiera que obtenga una parte de ella no solo adquirirá un poco del amor que tenía, sino también el coraje que tenía. Extraño a mi hija y su sonrisa todos los días, y pido bendiciones a todos los que recibieron su regalo de vida.